ESTRELLA AZUL
ENTRADA Miguel… ¿Cuántos vatos se llamarán Miguel y han de residir a la redonda? —nadie se preguntaba eso—. Sentado y pensando en aquella señora divorciada de la fábrica, la que se hacía la difícil. Miguel se encontraba dentro de esa “vivienda” que medía unos cuarenta metros cuadrados; rentada por alguien que decía ser el dueño, pero en realidad no lo era. Ahí se encontraba, con su culo postrado sobre un vacío bote de pintura, tomando cerveza de una lata; del cual sabía tibia, pero que añoró tanto desde tres días anteriores. Una bocina que se compró en una casa de empeño, de esas que tienen luces molestas y les crujían los bajos sonidos con las canciones que este escuchó en los puteros donde a duras penas acudía, eran aquellas ocasiones en que traía centavos de sobra para gastar. El plano imaginativo era cutre, daba desconfianza desde su propia lealtad. EL CAVERNÍCOLA 20,000 años antes de cristo, en...