EL ABAD: PESTE NEGRA
Monterrey, diciembre 2020 Un hombre se rompe el tobillo de nueva cuenta , esté , esc ondido detrás de una tienda de autoservici o ya que lo necesita hacer para vender alguna lástima y poder subsistir. Los hombres de palabras ya no conjugan, los músicos están desafinados. Las pequeñas suaves cuevas de los oscuros recónditos de la calle reforma se ponen más estrechas . Un niño tiene hambre, se muerde el dedo mientras espera a su puberta hermana de pocas protuberancias, mientras está sustrae y se come la semilla de una asquerosa fruta; añeja y ajena por unos cuantos pesos y todo para poder mal comer. Por ahora traigo puros de veinte para repartir a los vagos que me sonríen, a los que no, les reparto diez pesos con un chicle podrido y pegado en el lado donde se esculpió nuestr o flamante escudo nacional . El pinche chiste se cuenta solo. Una señora con sus pezones erectos sonr...