IN RIBUS FABULIS
EL VAMPIRO FRONTERIZO El sol pica donde debe o puede picar, la sombra me hace sentir tibio, las rodillas pasan a ser un tipo de termómetro biológico. Un restaurante de media en Mexicali, Baja California. No tengo una mínima idea de la hora que pueda ser, sin ningún parecido a ese invierno de dos contrastes, ni mucho menos al horno gigante que nos regala el verano; en medio de todo, pero al mismo tiempo entre la nada. Las paredes rojas color sangre parecen estar recién pintadas, las botas cocidas en piel de armadillo huelen a piel de víbora y se sienten como si fueran de cocodrilo. Comiendo tacos de carne muy seca; acompañados de una salsa muy fría. Eso es lo que merezco. Mejor observo fijamente el cuadro que se tiene colgado en el lugar, donde se plasma a un indio en su petate, típico, sin hacer nada. No sé si ir a ver esos rizados que se ven muy bien, donde el aroma se pierde entre todo ese desastre de cabellos. Voy teniendo pensamientos encontrados, co...